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Ganadora del Oscar a mejor película (1967)

Ganadora del Oscar a mejor película (1967)

Un tren llega pasada la medianoche a Esparta, Mississipi en una calurosa noche de verano. Poco después el comisario Sam Wood (Warren Oates) hace su ronda nocturna y todo luce tan pacífico como siempre hasta que en una calle oscura descubre el cuerpo sin vida de un empresario blanco. Lo han asesinado. El jefe de policía Bill Gillespie (Rod Steiger) inicia la investigación. En la estación de trenes Wood encuentra a un forastero que viste de traje. El hecho de que es negro y lleva consigo un puñado de dólares lo hace inmediatamente sospechoso. Cuando lo llevan a la estación de policía nos enteramos que el extraño es ni más ni menos un policía de Filadelfia de viaje en Mississipi y, para colmo de sus racistas y simplones colegas de Esparta, experto en homicidios. Gillespie encuentra gracioso su nombre de pila -Virgil- y cuando le pregunta al detective como le dicen él responde con la ya clásica frase: «Me llaman señor Tibbs«. El jefe de Tibbs sugiere que Virgil puede ayudar con la investigación lo cual es aceptado a regañadientes por el jefe Gillespie. Sin embargo a la mañana  siguiente Gillespie pilla a un lumpen sospechoso en posesión de la billetera de la víctima y orgulloso le deja saber a Virgil que puede prescindir de sus servicios. Pero Tibbs le dice tajantemente que de acuerdo a sus investigaciones forenses tiene al hombre equivocado. Gillespie no tiene otra que cambiar el cargo contra el prisionero por el de robo.   

Sidney Poitier
Virgil Tibss es interpretado por el gran Sidney Poitier

Cuando la viuda de la víctima amenaza con suspender una obra que pondría en riesgo el empleo de varios pobladores de Esparta si es que no dejan que Tibbs conduzca la investigación Gillespie debe bajar el tono y pedirle «amablemente» al detective que colabore. Le dice:

«¡Tú eres demasiado listo! Eres más listo que cualquier hombre blanco. Y vas a quedarte a demostrárnoslo. Eres tan terco que no podrías soportarte a menos que nos avergüenzes a todos… No pienso que seas capaz de dejar pasar una oportunidad como ésta.»

Y no solo eso. Gillespie tiene que volverse la niñera de Tibbs para evitar que la airada comunidad blanca de su pueblo lo mate por el simple hecho de ser el negro más listo que hayan visto en su vida. Mientras tanto Tibbs sigue investigando y dejando a Gillespie sin sospechosos. En una escena memorable debe interrogar a un rico propietario y rival de la víctima, un tal Eric Endicott, que ofendido por la idea de ser considerado sospechoso y recordando un pasado esclavista le propina una bofetada a Tibbs. Para su sorpresa Virgil le devuelve el favor y a Endicott solo le queda rumiar su dolor físico y moral ante la inacción del atónito Gillespie. 

La forzada relación entre los policías, inicialmente obligados a trabajar el uno con el otro, va adquiriendo otros matices. En una escena crucial Gillespie debe informar al alcalde del incidente con Endicott. El alcalde le pregunta «¿Qué hizo que cambiaras de opinión sobre Tibbs?» para luego sugerir que antaño una osadía como esa le habría costado recibir un balazo alegando defensa propia. Al oír eso Gillespie comienza a cambiar su inicial aversión racista por respeto al camarada y hacia el final de la cinta por un comportamiento abiertamente amistoso. En la intimidad nos enteramos que son dos solitarios empedernidos como deja entrever la lacónica respuesta de Tibbs (G: Gillespie, T: Tibbs):

G: Perteneces a una minoría selecta.

T: ¿Y eso?

G: Eres el primer ser humano que viene a esta casa.

T: Toda prudencia es poca.

G: Sabes muchas cosas, ¿no es así? ¿ Qué sabes del insomnio?

T: Que el bourbon no Io cura.

G: De eso no hay duda. No tengo ni mujer ni hijos. Tengo un pueblo que no me quiere. Tengo aire acondicionado del que me tengo que encargar yo mismo y un escritorio con una pata coja, y encima tengo…esta casa.¿No crees que eso puede empujar a un hombre a darse a la bebida? Te voy a decir un secreto. Aquí no viene nadie. Nunca.

G: ¿Estás casado?

T: No.

G: ¿Lo estuviste?

T: No.

G (suspirando y triste): ¿Alguna vez estuviste a punto de casarte?

T (reclinándose, más triste y pensando en lo que va a decir): A punto…

G: ¿No te sientes un poco solo?

T: No más que tú.

G: No te hagas el listo, negro.

 

«En el calor de la noche» ganó el Oscar a mejor película de 1967. Rod Steiger fue premiado (el 10 de abril de 1968) como mejor actor en perjuicio de Poitier, que ya había recibido esa distinción en 1964 por los «Lirios del valle» y podía haber repetido por las míticas «Adivina quien viene a cenar» y «Al maestro con cariño» lo cual es mucho decir en una época en la que era impensable hablar de un presidente negro, no existían actores como Washington (Denzel), Freeman (Morgan), Whitaker (Forest), etc. y teniendo en cuenta que acababan de matar a Martin Luther King Jr. (4 de abril de 1968). Para concluir les dejo un vídeo en el que pueden disfrutar el tema principal de la banda sonora («In the heat of the night») compuesto por Quincy Jones e interpretado por Ray Charles