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Tag Archives: Víctor Manuel Miranda Martínez

«Desgraciado el país que necesita héroes» – Bertholt Brecht

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Pensando en un post sobre la paciencia ayer leí un artículo sobre el contraste entre cobardía – paciencia y valentía – impaciencia. Hoy que quería seguir sobre esa línea argumental todo se vino abajo por el horror natural de las noticias. Ya hemos olvidado completamente el desaguisado de Josmar Flores Pereira sin tomar en cuenta lo realmente crítico de la situación que es esa «lujuria de la fe» detrás del acto criminal y terrorista y ayer sucede algo peor: un desconocido armado comienza a pegar tiros en uno de los vagones de la línea 3 del metro cuando atraviesa la estación Balderas. Pronuncia que su acción no es contra el pueblo sino contra el gobierno. Luego añade: «Esto es en nombre de Dios» (Nota y nota 2). Al intentar contenerlo mueren un policía y un civil. Al menos otras cinco personas resultan heridas. Hoy que veo el vídeo de la balacera imagino que esos segundos han debido parecer eternos para todos los involucrados, pero en especial para las dos personas que este animal asesinó a sangre fría. De uno de ellos, identificado como Esteban Cervantes Barrera, dice la crónica de La Jornada:

«Cervantes Barrera –quien viajaba en el vagón– al percatarse de la situación no se intimidó. Tras escuchar la detonación se fue sobre el homicida. Buscó someterlo y estuvo a punto de derribarlo. Sin embargo, la embestida no fue suficiente y Hernández Castillo mantuvo la vertical y el control del revólver.

Cervantes Barrera no reculó y lo volvió a intentar. En por lo menos cinco ocasiones, el pasajero se levantó del suelo e insistió en el embate. Quien sí retrocedió fue el homicida, revólver en mano. Luego de largos 11 segundos, Hernández Castillo le disparó a la cabeza.»
Fue profundo el malestar que sentí durante esos once segundos televisivos. Neil Postman diría -y ahora lo entiendo a plenitud- «¿Qué podría ser más metafísicamente desconcertante…?«. Desconcertante -horripilante-, pero no tanto como que esta violencia se vuelva parte de nuestra realidad.